El resultado final puede ser: Positivo: si los flujos de entrada de dinero son superiores a los de salida hablamos de superávit. Negativo: en caso contrario, sale más dinero del que entra, hablamos de déficit...
No sabía si él las había identificado ya y, al preguntarle, me resolvió la duda enviándome una foto con la contraportada de su nuevo libro. Esas casualidades de la vida que te hacen pensar: esto es una señal de que el libro me va a gustar. Aprovecho para agradecerle su ayuda, que no mencioné en su día para poder hacerlo aquí, en su propio escenario. Detalle de La Sagrada Familia. Bernard van Orley, 1522 | Museo del Prado Y sí, claro que me está gustado su libro, y mucho, además. Desde el prólogo (imprescindible) hasta el glosario de plantas con su nombre común y científico que aparecen al final. El libro de Eduardo Barba, El Jardín del Prado, es uno de esos libros que quieres tener cerca y, también, un libro que te gustaría regalar a alguien muy especial. Es un paseo botánico por las obras de los grandes maestros que habitan el Museo del Prado, que gustará a quienes sientan pasión por las plantas, aunque no sean especialmente aficionados al arte. También gustará a quienes sienten pasión por el arte, aunque no sean especialmente amantes de las plantas.
¿Y qué clase de marco se le puede imponer a quien parece no querer estar ahí, o al menos no parece ser capaz de arreglárselas para estar ahí sin romperse? Al fondo de la composición se intuye un ¿tablón? con varias fotos, estas sin enmarcar: hay un retrato de la propia Elvira Navarro asomando apenas, y uno se atreve a suponer que las otras imágenes que cuelgan allí pertenecen a su álbum privado (pero no es una certeza). Mediando entre el primer plano y ese fondo entrevisto, hay una planta de interior, dos libros (un Siri Hustvedt y Proyectos de pasado, de Ana Blandiana, muy desenfocado) y un gato atravesando la escenografía: por lo tanto, cultura e intimidad, vida interior-mental y proyección en el sistema literario.