El resultado final puede ser: Positivo: si los flujos de entrada de dinero son superiores a los de salida hablamos de superávit. Negativo: en caso contrario, sale más dinero del que entra, hablamos de déficit...
Oliver llegó ante el señor Bumble limpio y peinado; nadie hubiera dicho que era el mismo muchacho que poco antes estaba cubierto de suciedad. Al poco rato, el celador y el niño abandonaban juntos el miserable lugar Oliver miró por última vez hacia atrás; a pesar de que allí nunca había recibido un gesto cariñoso ni una palabra bondadosa, una fuerte congoja se apoderó de él. «¿Cuándo volveré a ver a los únicos amigos que he tenido nunca? », se preguntó. Y, por primera vez en su vida, sintió el niño la sensación de su soledad. Nada más llegar al nuevo hospicio, Oliver fue llevado ante la junta parroquial y allí, el señor Limbkins, que era el director, se dirigió a él. -¿Cómo te llamas, muchacho? Oliver, asustado, no contestó; de repente, sintió un fuerte pescozón que le hizo echarse a llorar, había sido el celador que se encontraba detrás de él. -Este chico es tonto -dijo un señor de chaleco blanco. -¡Chist! -ordenó el primero. < Anterior Siguiente > <<< 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 >>>
De modo, que aquellas indefensas criaturas pasaban mucha hambre, y la mayoría enfermaba de privación y frío. El día de su noveno cumpleaños, Oliver se encontraba encerrado en la carbonera con otros dos compañeros. Los tres habían sido castigados por haber cometido el imperdonable pecado de decir que tenían hambre. El señor Blumble, celador de la parroquia, se presentó de forma imprevista, hecho que sobresaltó a la señora Mann. El hombre tenía por costumbre anunciar su visita con antelación, tiempo que la señora Mann aprovechaba para limpiar la casa y asear a los niños, ocultando así las malas condiciones en las que vivían los pobres muchachos. -¡Dios mio! ¿Es usted, señor Bumble? -exclamó horrorizada la señora Mann. Y, dirigién se en voz baja a la criada, ordenó: -Susan, sube a esos tres mocosos de la carbonera y lávalos inmediatamente. -Vengo a llevarme a Oliver Twist -dijo el celador-. Hoy cumple nueve años y ya es mayor para permanecer aquí. -Ahora mismo lo traigo -dijo la señora Mann saliendo de la habitación.